Esta sección está destinada a documentar las diversas criaturas y entes espirituales, correspondiendo con el significado lato de demonio, que, sin embargo, por lo general, se asocian con el bajo astral, el inframundo o el infierno, según las diversas creencias religiosas o que simplemente hacen parte del imaginario cultural de muchos pueblos y civilizaciones.
El Demonio
El Demonio es un fuerza divina personificada, separada de cualquier calificación de tipo moral, y por consiguiente no necesariamente mala ni buena, análogamente a los significados de Deva y Asura. Primero, el Daemon se convierte en una especie de ser intermediario entre los dioses y los hombres, ejecutor de la voluntad divina, o protector de los hombres como el Daemon de Sócrates. Luego, la caracterización moral del Demonio empieza a cargarse de todas las acciones moralmente poco justificables que inicialmente eran atribuidas indistintamente también a los dioses. Es sobre todo Platón quien causa este vuelco en el concepto de Daemon. Senócrates, por su parte, identifica los demonios con los espíritus de los muertos, y es por consiguiente evidente que para él pueden tener una situación moral variable, según el comportamiento tenido en vida.
En el hebraísmo, los demonios adquieren la caracterización predominantemente perversa, que se conservará y se acentuará en el cristianismo. El Talmud babilonio nos dice que los demonios son mucho más numerosos que los hombres, y los rodean, mil a la izquierda y una miríada a la derecha de cada ser humano. Normalmente son invisibles, pero si se esparce ceniza por el suelo alrededor de la cama, por la mañana se verán sus huellas parecidas a las patas de un gallo. Si además quiere uno verlos, basta ponerse en los ojos el polvo de una placenta quemada de gata negra, nacida de gato negro primogénito, nacido de una gata primogénita.
La más hermosa de las jugadas del Demonio es persuadirte de que no existe.
Ch. Baudelaire