En este apartado se intentará hacer un esbozo de las principales características de las divinidades emblemáticas de las que ha echado mano el esoterismo y las corrientes mistéricas tanto de Oriente como de Occidente, deidades que, por sus entrañables simbologías, pasan a ser verdaderamente iconos o arquetipos universales.
Los Dioses
Los Dioses son esas entidades reales o imaginarias, que desde muy antiguo, han sido preocupación de la gente ordinaria pero también de sabios y eruditos, sobre todo en la cuestión de si se mezclan o no en los asuntos humanos, o si por el contrario, “viven” felices en una sosegada ataraxia… «Pues hay y ha habido filósofos que afirman que los dioses no ejercen ningún control absolutamente sobre los asuntos humanos. Pero, si su opinión es verdadera, ¿cómo puede existir la piedad, la santidad y la religión? Porque todos estos son tributos que hemos de rendir, con pureza y santidad, a los poderes divinos solamente en la hipótesis de que ellos llegan a conocerlos o advertirlos y de que los dioses inmortales han prestado algún servicio a la humanidad. Mientras que si, por el contrario, los dioses no tienen poder ni voluntad de ayudarnos, si no nos prestan ninguna atención y no tienen noticia alguna de nuestras acciones, si no pueden ejercer absolutamente ninguna influencia sobre la vida de los hombres, ¿qué motivo tenemos para dirigir ningún culto, honor o plegaria a los dioses inmortales? La piedad, no obstante, igual que el resto de las virtudes, no puede existir en una simple apariencia ficticia y simulada; y, junto con la piedad, tienen que desaparecer de igual manera la veneración y la religión. Y, una vez eliminadas estas cosas, la vida es toda ella en seguida perturbación y confusión. Y no sé si, una vez eliminada la piedad para con los dioses, no va a desaparecer también la fidelidad y la unión social de los hombres, y aun la misma justicia, la más excelente de todas las virtudes.» Cicerón «La naturaleza de los Dioses.»
“Los Dioses tienen tendencia a hacer exactamente el mismo tipo de cosas que harían los hombres si pudieran, sobre todo en los asuntos relativos a las ninfas acuáticas, las lluvias de oro y la exterminación de los enemigos.”
Sir. Terry Pratchett