Esta sección está dedicada a las propiedades mágicas y sanadoras de las piedras, ya sean estas consideradas: preciosas o rudimentarias, de las cuales, muchas son consideradas poderosos talismanes. Hay también algunas rocas, peñascos y monumentos megalíticos, que debido a sus cualidades o por el halo de misterio que los cubre, han sido considerados auténticos prodigios.
Las Piedras Mágicas
Las Piedras Mágicas, al igual que las plantas, comprenden su totalidad, pues, por naturaleza: ¡Todas las piedras son mágicas! Ya que, si las plantas son comparables al manto sagrado de Gea o a su frondosa cabellera, las piedras, rocas, peñascos, farallones y montañas, comprenden, nada más y nada menos, que parte de su piel, sus huesos y por extensión parte de su sangre en forma de magma. ¡La Tierra en sí misma es una roca gigante! Y muy al contrario de lo que solemos pensar: ¡Ella es un organismo Viviente! Y cada piedra que, aparentemente, reposa sobre su faz, también está viva, las piedras, al igual que las plantas, no carecen de movimiento, pues, también tienen sus procesos de gestación, en las que sus componentes minerales se unifican para crear una u otro tipo de piedra o roca, asimismo, tienen su proceso de degradación por medio de la erosión y otros factores que las afectan, nos parecen inanimadas y estáticas porque su tiempo no es el nuestro, para nosotros, ellas son casi eternas, mientras que nuestra condición es sencillamente efímera.
Así como la Madre Tierra tiene un pulso vibratorio, cada piedra también lo tiene e incluso se podría decir que son copartícipes del pulso de la Tierra. ¡Las piedras son energía pura! Y estas energías, procedentes de la Tierra, en su mayoría, son sanadoras, pero también hay rocas con energías foráneas, procedentes del espacio, y también las hay las que están impregnadas con la energía de toda una civilización, o incluso, de toda una humanidad.
“El aire externo burdo es el que sopla en un día de viento. El aire externo sutil es más difícil de detectar: es la energía que hace crecer las plantas y existe incluso en las rocas y las montañas.”
Gueshe Kelsang Gyatso